sábado, 12 de julio de 2008

"Don Enrique Wenceslao Villafañe"

Es verano, el reloj marca la hora 14, estoy siguiendo una fila interminable dentro de una institucuión bancaria. El tiempo parece detenido , no funciona el
aire acondicionado... eso creo ... tengo cefalea ... me duelen los pies ... el cajero va por dos personas y para mi turno faltaba bastante...
Me abanico con papeles, estoy aburrido con tanta espera , estoy contando los billetes que tengo que dejar para verificar nuevamente, de pronto compruebo
que en los mismos en una de sus caras está impresa la figura del General: Julio Argentino Roca.

La imagen esta extraida de la pintura realizada por el artista Juan Manuel Blanches, la misma se exhibe en el Museo Historico Nacional desde el año
1898, cuyo titulo es la ocupación militar de Rio Negro de 1879, alli se pretende destacar “La Conquista del Desierto” , campaña que llevara a cabo el general, la obra impresiona por su significado ... y por su tamaño acorde al hecho que representa: 7 metros, 10 cm de ancho por 3 metros, 55 cm de altura



Comencé a retroceder a travéz del tiempo ... De pronto estaba sentado alrededor del fuego en la casa de campo de mi abuelo materno “Don Enrique”
asi lo llamaba la familia, me fascinaba escuchar las historias que desgranaba y la manera tan especial que utilizaba para contarlas.
Muchas se referian a la mentada “Conquista del Desierto”, ya que las habia recogido de sú propio abuelo : el General Wenceslao Villafañe, uno de los
soldados preferidos de Julio Argentino Roca.
No voy a olvidar de su forma particular de hacerlo, mientras preparaba el adobo para el asado, organizaba la carne, en fin ... todo un ritual ... nos transportaba a travéz del tiempo , sus ojos envejecidos por la vida cobraban una luz especial como dejando atrás 50 años y permitiendo volver un poco a sus años mozos...
Así supe de las muchas pericias vividas por los soldados, de las rondas junto al fuego para calentar las noches invernales, la mazamorra y el mate...



Los superiores y los subalternos igualados por el trajin de la aventura, todos unidos peleando contra el malón y corriendo por las rastilladas: “surcos paralelos y tortuoso marcados por el aborigen en sus idas y venidas”
“Estos tenian similitud a los que dejaban a su paso las pesadas carretas al pasar por primera vez la pampa virgen”. “Al no haber senda, apartarse de esa huella un palmo, significaba ser tragado caballo y jinete, una columna completa se perdió tragada por un “guadal”.
Liberando cautivos, encontraban a las mujeres blancas con sus talones seccionados, de esa manera no podian escapar. Muhas veces encontraban fugitivos de la justicia , los indios lo protegian.


Se reconocia en las tribus un sistema solidario muy superior a la causa que esgrimian los soldados.
Ademas todos los años el abuelo me llevaba al Mausoleo donde una estatua enorme del General Wenceslao Villafañe recuerda su porte y bravura.
Ésta era la parte más significativa que relataba porque estaba la otra, la del peregrinaje por el mundo buscando reonocimiento sin hallarlo.
Sú mirada dejaba de ser brillante para volverse triste y turbia . Niño aún junto a su hermano menor fue llevado a Europa, muere en Francia su mamá y su padre contrae un nuevo matrimonio, nacen dos hijas , su madrastra como en los cuentos lo castigaba mucho, ¡Cuánta noches de invierno tuvieron los varones que dormir fuera de la casa! ...
Al arribar a la adolescencia vuelven al pais y logra recibir el titulo de bachiller.
Era un entusiasta nadador y apelando a los conocimientos que habia adquirido en Europa funda en la decada del cuarenta “La Escuela de Guardavidas de la Cruz Roja Argentina”, desde alli surgen miles de personas dispuestas a luchar por el bien común.



Tan obsesivo en sú manera de transmitir enseñanzas, según cuentan otros, para demostrar a sus alumnos que se podia mantener a flote en el agua sin usar las manos ni los pies, estuvo tres dias con sus miembros atados dentro de una pileta olimpica. Para poder soportar las baja temperaturas los llevó a la provincia de Mendoza en pleno invierno y se arrojó a las aguas del rio homónimo resistiendo el frio por más de cuatro horas.
Le producia muchisima pena recordar los pedidos de dinero que le hacian a sus hermanastras, se habian hecho de toda la herencia de la familia, y nunca a pesar de pertenecerle una parte, pudieron conseguir una ayuda.
Solo “consejos de la francesa” se recibian, muy mal hubieron de pasarla, recuerda ahora mi madre que ella junto a un hermanito de siete años se cruzaban a un campo vecino a recoger papas para poder comer...
Doy fé que la fortuna existía porque siendo pequeño viajaba con mi madre a la Capital Federal a visitar a las tías francesas . Todo era magnifico , la mansión en que residían : imponente ... aún puedo ver la enorme sala donde nos recibian, alli pendia una araña de cristal de roca de más de tres metros de diametro, parecia el firmamento iluminado por estrellas, cuando se la veía encendida.
Mi madre solicitaba ayuda económica y : “vaya con Dios” solo recibia consejos, todo igual que mi abuelo.
Queda el consuelo de saber que sus últimos años los pasó bien junto al cariño de sus hijos, bien cuidado por ellos.
Queda para nosotros recordar aquello que nunca pudo recobrar y por derecho propio le pertenecia parte de la fortuna de los Wenceslao Villafañe.
Esta historia es como tantas otras que nutren nuestro acervo cultural, primero prima el dinero, segundo el dinero y por último el dinero...
La solidaridad es una actitud abstracta que se pierde con el pensamiento...

3 comentarios:

  1. Creo que Enrique Wenceslao Villafaňe era el tio de mi mama, hermano de mi abuela, la tia francesa vivio un tiempo en la casa que esta detras de la estación Ministro Carranza



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  2. Creo que Enrique Wenceslao Villafaňe era el tio de mi mama, hermano de mi abuela, la tia francesa vivio un tiempo en la casa que esta detras de la estación Ministro Carranza



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  3. El hermano del tio Enrique se llamaba Oscar

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